El menú preparado para la ocasión arrancaba con unos entrantes muy especiales: Picaña madurada con gambón acevichado para refrescar el bocado, y tartar de cañón madurado cortado a cuchillo y aliñado para resaltar la intensidad de la carne.
El primer pase de carne consisitió en una brocheta de cube roll en yakiniku vacío ols special beef acompañados de brotes de lechuga viva y cebollita. El segundo pase de carne fue un espectacular New York con hueso ribeye acompañado de ensalada de tomates.
Para finalizar un toque dulce elaborado por el equipo de reposteros de Àtic de nombre Susurro de Hibiscus que consistía en un flan de queso acompañado con almíbar de tequila.
Los asistentes a esta velada tan especial tuvieron la oportunidad única de disfrutar de cortes especiales maridados con una selección de vinos perfectos para acompañar la experiencia, una experiencia que sin duda pone de manifiesto la apuesta continuada de Palau Alameda por el producto de alta calidad.